Carencias de los niveles de mando

Diferentes estudios e investigaciones realizados a nivel internacional han permitido elaborar una lista de las principales carencias que muestran los niveles de mando de las empresas (directivos y ejecutivos).

Existen otros diagnósticos del trabajo de los niveles de mando basados en lo que deben hacer o tener, este, por el contrario, se basa en lo que deben evitar para poder hacer frente a los retos que les está planteando el entorno y que, en el futuro, se multiplicarán.

La evaluación es sencilla: analice sus comportamientos y actitudes marque, en las casillas, de y de NO si usted los posee. El objetivo final es que usted analice, luego, todas las respuestas con el fin de elaborar un plan de trabajo personal para corregir esas carencias.

No

1

Tendencia a la comodidad (los niveles de mando tienden a gestionar sus empresas con «el piloto automático»).

2

Afán por sobreproteger a la empresa evitándole riesgos y acumulando tesorería, en vez de dedicar esos recursos al crecimiento.

3

Tendencia al inmovilismo, es decir: hacer las cosas como se han hecho siempre.

4

Dedicar más tiempo a lo «urgente» que a lo «importante».

5

La prioridad empresarial es el beneficio, mientras que en las empresas de avanzada es la estrategia de la empresa.

6

La calidad ocupa un puesto muy bajo entre las prioridades de los niveles de mando.

7

Los niveles de mando dedican una parte muy reducida de su tiempo a los clientes.

8

El exceso de trabajo, la mala organización y la escasa delegación, obligan a los niveles de mando a llevarse trabajo a casa.

9

Los niveles de mando carecen de visión de futuro a medio y largo plazo.

10

Excesiva visión localista y «parroquial» de la actuación de la empresa.

11

Deficiente gestión de los recursos humanos (predomina el clásico «jefe de personal»).

12

Escasa flexibilidad en la gestión.

13

Incapacidad para delegar y dificultades para dinamizar el trabajo en equipo.

14

Miedo a asumir riesgos.

15

Enfoques equivocados en los procesos de formación.

16

Sentido de «posesión» y defensa del puesto de trabajo (tienden a rodearse de personas fieles, más que de colaboradores eficaces).

17

Estilo de gestión enmarcado en un fuerte sistema administrativo.

18

Gestión orientada al pasado ya que se asume la continuidad de lo existente.

19

Orientación a la dimensión técnica más que al mercado.

20

No se integran criterios de competitividad, sino de eficiencia interna.

21

Baja tendencia a mantener la innovación empresarial como valor de la gestión.

22

Tendencia al desarrollo de estructuras burocráticas (incluso en las empresas medianas).

23

Bajo nivel de creación de organizaciones dinámicas o de cambios organizativos permanentes.

24

Se realiza una gestión basada en la continuidad de los procesos y los sistemas, no en su ruptura, mejora y eficientización.

25

Los niveles de mando dedican muy poco a la planificación y tienden a convertirse más en “apaga fuegos” que en estrategas.

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