
Existen productos imposibles de vender que se han convertido en éxitos millonarios. Si alguna vez has pensado que un producto es demasiado absurdo para venderse, piénsalo de nuevo. A lo largo de la historia, ha habido innumerables ejemplos de productos que parecían imposibles de comercializar, pero que con las estrategias adecuadas se convirtieron en éxitos rotundos. La clave no está en el producto en sí (QUÉ), sino en CÓMO se vende.
En el mundo del arte hay dos que figuran con derecho propio en esta increíble lista:
El plátano de Maurizio Cattelan y las esculturas invisibles de Garau: Cuando la historia vende más que el objeto
En el ámbito del arte contemporáneo, las fronteras entre lo genial y lo absurdo son cada vez más difusas. Dos ejemplos extremos ilustran a la perfección cómo la historia que envuelve a una obra puede ser más importante que la obra misma: el plátano pegado a la pared de Maurizio Cattelan y las esculturas invisibles de Salvatore Garau. Ambos casos nos enseñan una lección valiosa para el mundo del marketing y los negocios: todo se puede vender si contamos la historia adecuada.
¿Qué vendieron realmente Cattelan y Garau?
En 2019, Maurizio Cattelan, un artista italiano famoso por sus provocaciones presentó en Art Basel Miami la obra «Comedian», que consistía en un simple plátano adherido a la pared con cinta adhesiva. El precio: 120.000 dólares. Tras vender la obra, otro artista, David Datuna, se la comió ante la atenta mirada de numeroso público, lo que solo aumentó su valor simbólico.
Por otro lado, Salvatore Garau llevó el arte conceptual al extremo con sus esculturas invisibles. En 2021, vendió su obra «Io Sono» por 15.000 euros. Lo que adquirió el comprador fue un certificado de autenticidad, sin ninguna escultura tangible. Garau argumenta que sus obras existen en la mente del espectador, formadas por vacío y energía.
A simple vista, ambos casos parecen fraudes o bromas millonarias. Sin embargo, detrás hay una estrategia clara: crear una narrativa poderosa que haga que las personas deseen formar parte de la historia.
Lecciones de marketing: cómo comercializar productos imposibles de vender con la historia correcta
Si algo nos enseñan estos casos es que el valor de un producto no está en el producto en sí, sino en la percepción que construimos alrededor de él. Para que una historia de marketing sea efectiva y convierta algo aparentemente común en un objeto de deseo, debe cumplir ciertos principios clave:
- Provocación y controversia
Tanto Cattelan como Garau generaron debate. ¿Es arte o es una broma? Esa duda hizo que sus obras fueran noticia. La polémica vende porque despierta emociones y hace que la gente hable. - Exclusividad y escasez
Solo unos pocos pudieron comprar las obras de estos artistas. En marketing, la exclusividad genera deseo. Ediciones limitadas, piezas únicas o experiencias irrepetibles elevan el valor percibido. - Respaldo de autoridad
Art Basel Miami no es cualquier feria; es una de las más prestigiosas del mundo. Si la obra se presenta en un contexto adecuado, su valor se multiplica. En marketing, el aval de expertos o influencers puede hacer que un producto se perciba como más valioso. - Narrativa poderosa
Un plátano con cinta adhesiva no vale miles de dólares, pero cuando se convierte en una crítica al consumo y al mercado del arte, su valor cambia. Las esculturas invisibles de Garau desafían nuestra percepción de la realidad. Toda marca debe preguntarse: ¿qué historia cuenta mi producto? - Experiencia y simbolismo
Aunque nos parezca algo surrealista, la gente no compró un plátano ni un certificado vacío, compró la experiencia de formar parte de un fenómeno cultural.
Otros productos imposibles de vender que fueron un éxito
Pet Rock: Una piedra como mascota
En 1975, el publicista Gary Dahl tuvo la idea de vender piedras como mascotas. Sí, simples piedras dentro de una caja con agujeros, acompañadas de un manual de instrucciones para su «cuidado».
Un producto que:
- Se presentó con humor e ironía, convirtiéndose en un producto de regalo ideal.
- Fue un fenómeno viral antes de la era digital, logrando cobertura en los medios.
- Se vendieron más de un millón de unidades en solo seis meses.
Productos imposibles de vender: Aire embotellado
El empresario canadiense Moses Lam convirtió el aire puro de las Montañas Rocosas en un negocio millonario con su marca Vitality Air. Comenzó vendiendo bolsas de aire en eBay como una broma, pero la demanda real lo llevó a crear una empresa formal. Hoy en día, se venden botellas de aire a precios que pueden superar los 30 dólares en países con problemas de contaminación, como China e India.
- Aprovechó una necesidad real (aire limpio en ciudades contaminadas).
- Creó una marca que transformó un producto absurdo en una solución premium.
- Jugó con la escasez y la exclusividad: «aire puro de las montañas».
Productos imposibles de vender: Venta de estrellas
Desde hace décadas, empresas privadas han ofrecido la posibilidad de «nombrar» una estrella por un precio. Aunque la Unión Astronómica Internacional no reconoce estos nombres, miles de personas han comprado su «estrella».
- Se vendió como un regalo sentimental, más que como una propiedad real.
- Apeló a las emociones y al romanticismo.
- La exclusividad percibida hizo que la gente lo viera como un detalle especial.
Agua embotellada de lujo y agua negra
Marcas como Bling H2O y Svalbarði venden botellas de agua por más de 100 dólares, simplemente por el envase y la exclusividad.
- Transformaron un producto básico en un símbolo de estatus.
- Usaron envases lujosos y estrategias de branding exclusivas.
- Asociaron la marca con celebridades e influencers.
Por otro lado, la marca BLK vende agua embotellada negra. Gracias a la adición de minerales fúlvicos, el agua adquiere un color oscuro sin perder su transparencia ni su sabor.
A pesar de que no es más saludable que el agua normal, la idea de beber «agua premium negra» ha sido suficiente para atraer a consumidores que buscan exclusividad y diferenciación.
En este caso la empresa:
- Apostó por la diferenciación visual en un mercado saturado.
- Usó el storytelling para asociar el producto con salud y lujo.
- Convirtió la rareza en una ventaja competitiva.
Jeans con manchas de barro por $425
La tienda Nordstrom lanzó en 2017 unos vaqueros con barro falso por 425 dólares. Aunque muchos se burlaron, se agotaron rápidamente.
Ya que:
- La controversia generó publicidad gratuita.
- Se presentó como una prenda «auténtica» para quienes querían un look rústico sin ensuciarse.
- Creó un sentido de exclusividad.
El suéter navideño feo: de vergüenza a tendencia de moda
Antes, recibir un suéter navideño feo era un castigo. Hoy, es una moda con un mercado millonario. Lo que comenzó como una broma en los años 2000, con fiestas temáticas en EE.UU. y Reino Unido, se convirtió en una industria global de más de 5.000 millones de dólares al año.
- Convirtieron un defecto en una virtud: «cuanto más feo, mejor».
- Aprovecharon la nostalgia y el humor para crear demanda.
- Se convirtió en una tradición con eventos y concursos.
Estos productos nos enseñan que no es el producto lo que importa, sino cómo se presenta al público. La importancia de cambiar el Qué por el Cómo.
Algunas de las claves para vender productos imposibles son:
- Diferenciación – Convertir algo común en un objeto único.
- Narrativa poderosa – Contar una historia que emocione y conecte.
- Escasez y exclusividad – Hacer que el producto parezca especial.
- Marketing viral – Aprovechar las redes sociales y la polémica.
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