La excelencia en tiempos complejos

La excelencia en tiempos complejos. A lo largo de la historia, todo tipo de organizaciones han buscado alcanzar los más altos niveles de eficiencia, con objeto de optimizar sus recursos y maximizar la rentabilidad. Una cuestión todavía más importante, si cabe, en las condiciones actuales, debido a que transitamos por un contexto mermado por la pandemia. En el cuál, las compañías se enfrentan a importantes retos que es preciso afrontar y superar. A los cambios acelerados y los profundos procesos de transformación de los últimos años, acompañados de la continua modificación de los gustos y preferencias de consumidores, se ha unido la violenta irrupción de diferentes eventos (pandemias, geopolítica…) que ha reventado la línea de flotación de muchos negocios.

Ante está coyuntura compleja, alcanzar la excelencia en la gestión se torna vital para sobrevivir en esta coyuntura VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). Para ello, fruto del análisis de múltiples estudios, hemos destacado una serie de claves que consideramos esenciales para alcanzar la excelencia en tiempos convulsos, en el nuevo escenario global.

Probablemente, la excelencia de una organización reside en su capacidad de transformar los problemas en oportunidades y de aprender con más rapidez que el entorno que la envuelve. Para ello destacamos los siguientes puntos:

  1. APRENDIZAJE E INTELIGENCIA DE NEGOCIO: La capacidad de la compañía para recoger y gestionar conocimiento a partir de información proveniente de fuentes tantos internas como externas. Normalmente, todas las empresas tienen acceso al mismo tipo de datos, la diferencia radica en procesar, profundizar, analizar e interpretar esa información más rápidamente que la competencia.
  2. VISIÓN: En un ambiente convulso, es vital definir el rumbo y el ritmo de la organización con objeto de ir alcanzando las metas planteadas. Partiendo del punto anterior, establecer un camino y ponernos en marcha.
  3. AGILIDAD Y GESTIÓN DEL CAMBIO: La inteligencia no es útil si no somos capaces de utilizarla para pasar a la acción. Las empresas que han tenido éxito son aquellas capaces de adecuarse con       rapidez a un entorno global, convulso y altamente voluble. Facilitan esta tarea las estructuras, ágiles y livianas, que se adaptan a los cambios con premura y están continuamente buscando nuevos caminos.
  4. GESTIÓN DE LA ADVERSIDAD: Gestionar una empresa es superar los reveses y solventar las amenazas que nos plantea el entorno. En este contexto, trabajar con proyecciones y escenarios hipotéticos, que nos permitan tener alternativas en caso de imprevistos, se convierte en una herramienta esencial para la supervivencia.
  5. GESTIÓN DE LAS EMOCIONES: En una coyuntura como la presente, es vital que las empresas sean capaces de conocer, comprender y gestionar las emociones de sus Clientes, tanto internos como externos. Para ello, se torna fundamental la forma en la que interactuamos con todos nuestros grupos de interés, nuestra capacidad de escuchar la voz de esos Clientes y los procesos de comunicación que utilizamos para relacionarnos con ellos.
  6. ALINEACIÓN Y COMPROMISO: Es necesaria la alineación de todos los integrantes de la cadena del valor de la organización. En consecuencia, debemos fundamentar el proyecto en un modelo basado en las personas y cimentado en la colaboración de todos los integrantes de la compañía. Para ello, son determinantes aspectos como: los procesos de comunicación interna y la capacidad de compartir la información acumulada, la motivación y el crecimiento de los miembros de la empresa y, el compromiso y orgullo de pertenencia.
  7. DIVERSIDAD Y CONTEXTO GLOBAL: Gestionar la diversidad (en el amplio sentido de la palabra) es un paso crítico para que la compañía se desarrolle y alcance su máximo potencial. En este apartado hablamos de la predisposición de la organización para integrar distintas culturas, normalizar la discapacidad o sacar partido de las diferencias generacionales.
  8. SOSTENIBILIDAD Y RESPONSABILIDAD: La empresa como agente de cambio y desarrollo que le devuelve al entorno lo que éste le otorga. Un ente que optimiza sus procesos y productos buscando que sean más amables con el medio que nos rodea y tratando de seguir la regla de las tres “R”: reducir, reusar y reciclar.
  9. HIBRIDAR TECNOLOGÍA Y PERSONAS: El cambio es imparable, debemos implementar nuevas herramientas que nos faciliten el día a día, asumiendo sus ventajas y problemas, pero poniendo el foco en las personas como elemento clave de desarrollo. Para ello, no sólo es fundamental la transformación digital, también iniciar procesos de transformación cultural y social en la mayoría de las empresas.
  10. TALENTO Y COMPETENCIAS: Las organizaciones deben generar espacios, físicos y virtuales, más amables, más humanos, capaces de crear un marco de desarrollo que facilite la captación de talento. En los cuales, la gente crezca y evolucione, tanto personal como profesionalmente. Tienen que proporcionar, a las personas que las forman, herramientas que faciliten su adaptación a este entorno incierto y convulso, con objeto de que la compañía aprenda más rápido que el ámbito que la rodea.

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