El gran apagón: El impacto en las pymes y lecciones para el futuro

El 28 de abril de 2025, a las 12:33 horas, España vivió el peor apagón eléctrico de su historia reciente. En apenas cinco segundos, se perdió el 60% de la energía que se estaba generando en el país, lo que provocó un colapso total del sistema eléctrico peninsular y afectó también a Portugal, Andorra y el sur de Francia.

Impacto en las pymes: parálisis operativa y pérdidas económicas

Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que constituyen más del 99% del tejido empresarial español, fueron especialmente vulnerables ante esta crisis. La interrupción de la electricidad paralizó actividades esenciales: sistemas de pago, plataformas digitales, comunicaciones y servicios logísticos quedaron inoperativos durante horas. En ciudades como Madrid y Barcelona, muchos comercios se vieron obligados a cerrar, y los sistemas de transporte público quedaron suspendidos, lo que afectó tanto a empleados como a clientes.

Además, la caída de las redes móviles y de internet dejó a numerosas empresas incomunicadas, dificultando la coordinación de acciones y la atención al cliente.

Medidas urgentes para fortalecer la resiliencia empresarial

Este apagón ha puesto de manifiesto la necesidad de que las pymes adopten medidas proactivas para mitigar el impacto de futuras crisis energéticas:

  • Sistemas de respaldo energético: Invertir en generadores eléctricos o sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) que permitan mantener operativos los equipos esenciales durante cortes de energía.​
  • Planes de contingencia: Desarrollar protocolos que incluyan procedimientos para mantener la comunicación con empleados y clientes, así como estrategias para la continuidad del negocio en situaciones de emergencia.​
  • Formación en gestión de crisis: Capacitar al personal en la identificación de riesgos y en la implementación de acciones rápidas y efectivas ante interrupciones del servicio eléctrico.​
  • Diversificación de proveedores: Reducir la dependencia de un único proveedor de servicios tecnológicos o energéticos para minimizar el riesgo de interrupciones totales.​

El apagón del 28 de abril de 2025 ha sido una llamada de atención sobre la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y la importancia de la preparación ante emergencias. Incluso un regreso al mundo analógico como vía de escape en caso de eventos de este tipo.

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