¿Cómo hablar en público? Las claves para vencer tus miedos
Saber hablar en público es una forma de crecer en nuestra vida profesional. Se trata de una cualidad esencial en nuestra vida laboral que podemos aplicar en multitud de ocasiones: conferencias, entrevistas de trabajo, reuniones profesionales o presentaciones de ventas.
En este artículo vas a encontrar las técnicas para hablar en público y algunos consejos para vencer tus miedos hacia la oratoria.
La oratoria o el arte de hablar en público
La oratoria es el arte de expresarnos con elocuencia. Hablar con fluidez y determinación con objeto de convencer a tus interlocutores. Se tarta de una herramienta fundamental en nuestro desarrollo profesional y de gran utilidad en nuestra vida personal.
Para el escritor norteamericano Dale Carnegie “Hablar bien en público e influir en los hombres de negocios” afirmando que un buen número de directivos comenzaron a prosperar en sus empresas en el momento que dominaron el arte de la oratoria
Claves para hablar en público
Recordemos que comunicar no es hablar y es fundamental tener en cuenta las siguientes cuestiones si quieres dejar embelesado al auditorio.
- Dominio del tema que vas a tratar: Habla sólo de un tema que domines. Es fundamental que estés convencido de lo que vas a exponer.
- ¡Disfrútalo! Disfruta del momento, el auditorio lo percibirá.
- Entrena y practica tu discurso: Trabaja, cuida y perfecciona las habilidades de comunicación, recuerda que es tan importante la comunicación verbal, como la no verbal.
- Sorprende con un gran comienzo: Impacta con un buen inicio y una gran conclusión. No lo hagas muy extenso, el público debe quedarse con ganas de más.
- Claridad, concisión y concreción: Usa palabras claras y directas; lo único importante es que el mensaje sea comprendido por la otra persona (no impresionar a nadie). No seas redundante: evita superlativos inútiles o demasiados adjetivos; siempre que sea posible, utiliza una sola palabra en lugar de una frase. Es aconsejable emplear frases y párrafos cortos que faciliten la reflexión sobre sus contenidos.
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- No debemos recurrir a tecnicismos innecesarios.
- Los extranjerismos pueden resultar incomprensibles para el público en general.
- Las siglas debemos traducirlas
- Tenemos que “traducir” las grandes cifras y datos estadísticos.
- Trasmite dinamismo y positivismo. No utilices giros y expresiones que evoquen ideas negativas en el interlocutor, si no palabras y frases positivas que despierten el interés.
- Se tú mismo: Evita tanto la falsa confianza como la falsa humildad; proyecta tu propia personalidad. Es fundamental la naturalidad.
- Flexibilidad mental Es fundamental que adaptes tu lenguaje y ritmo expresivo al interlocutor.
- Respeto: Cuando se comunica con otra persona, recuerda que eres, sobre de todo, un profesional.
- Conecta con el público: Conecta con la audiencia y empatiza; se trata de un diálogo, no de un monólogo.
- Pon ejemplos ilustrativos: Los ejemplos aclaran y ponen en práctica la teoría de la que estamos hablando. Además, es un buen método para que las personas recuerden el tema en cuestión.
- Resume e interactúa con la audiencia: Resumir los principales puntos de la conversación, hacer preguntas puntuales, mostrar acuerdos.
Miedo a hablar en público. ¿Cómo superarlo?
Tener miedo antes de hablar en público es algo normal, es más podríamos decir que es natural y positivo. Dirigirse a una audiencia genera inseguridades, como el temor a hacer el ridículo o a quedarse en blanco. Los profesionales de la oratoria dicen que siempre, minutos antes de comenzar, sienten una extraña sensación en el estómago y sus palpitaciones suben de ritmo, eso se debe al aumento de adrenalina lo cual permite estimular las neuronas en tu cerebro.
Recuerda que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a motivos lógicos y, generalmente, está relacionado con el miedo al ridículo al fracaso. Para superarlo debemos mejorar nuestra confianza y seguridad, olvidándonos del que dirán ya que, lamentablemente es imposible hacer las cosas a gusto de todos.
Estos son algunos consejos que pueden ayudarte para vencer el miedo a hablar en público:
- Somos nosotros quienes mejor conocemos el tema de la conferencia.
- Si nos olvidamos de algo los oyentes no se darán cuenta. No olvidemos que el público nunca supo lo que teníamos pensado decir en un principio.
- Muchos desearían ser capaces de hacer lo que tú estás haciendo. Generalmente la audiencia desea tu éxito y te admira por estar allí.
- Recuerda que sentirse algo nervioso, es natural e incluso beneficioso. Nos reactiva y nos pone en marcha.
- Entrena la charla con tranquilidad y utiliza técnicas de visualización, piensa lo satisfecho que te sentirás cuando tu exposición haya sido un éxito.
- Relájate y disfruta del momento.
Errores a la hora de hablar en público
Existen una serie de actitudes por parte del emisor que dificultan la comunicación y que debemos evitar si deseamos que ésta se realice con eficacia, especialmente a la hora de hablar en público.
- No planificar el pensamiento. Improvisar. Pensar que podemos hablar de cualquier tema sin dominarlo ni prepararlo es el camino más rápido hacia el ridículo.
- No tener en cuenta a los demás. Es fundamental adecuar nuestro mensaje y estilo de comunicación a las características de nuestros oyentes.
- Olvidar la idea principal y extenderse en detalles que se alejan del tema. Es fundamental estructurar la charla de forma ordenada con objeto de facilitar la comprensión y que nuestro mensaje cale en la mente de los asistentes.
- Ser egocéntrico y dogmático. Mostrar poca humildad
- Ser narcisista, hablar para que le escuchen y escucharse a sí mismo.
- Ser demasiado agresivo, abusar de las palabras mal sonantes y groseras.
- Escondernos detrás de un powerpoint. Recuerda que lo más importante eres tú no la presentación por lo tanto sal al centro del escenario, no les des la espalda nunca, muévete con soltura y sorpréndeles.
Técnicas esenciales para hablar en público
A la hora de hablar en público tenderemos en cuenta lo que denominamos la pauta CSI. Al igual que en un televisor, es importante que controlemos los Canales, el Sonido y la Imagen.
LOS CANALES
Los canales se refieren a la organización y estructuración de la charla:
- El mensaje debe ser claro y organizado, de está forma conseguiremos que sea más persuasivo.
- Analiza a los oyentes y transforma la presentación en algo relevante para ellos.
- Subraya y resume las ideas principales.
- Reúne evidencias que apoyen tus opiniones. (Estudios, libros, artículos de expertos…)
- Confecciona un soporte visual que complemente la información verbal. Importante…Evita esconderte tras el Powerpoint
- Implica al público asistente, hazlo partícipe de la conferencia
- Al finalizar, si es posible, propón un turno de preguntas.
EL SONIDO
- La voz es una parte clave del orador. Adapta el volumen a la situación.
- Eleva y baja la voz en función del énfasis que se quiera dar.
- Cambia el ritmo para atraer la atención al público y aportar más dinamismo a la exposición
- Emplea pausas y silencios para remarcar los puntos importantes.
LA IMAGEN
La Imagen hace hincapié en la importancia del lenguaje no verbal.
- El contacto visual con cada uno de los oyentes.
- Los gestos que describan y refuercen las ideas.
- Las expresiones faciales que comuniquen los sentimientos y actitudes.
- Lo ideal es que entre nosotros y el público no haya ningún obstáculo.
- Vistamos una ropa adecuada a cada situación.
La metodología SBC
El éxito de cualquier ponencia depende de cuidar todos los detalles de la misma, tal como plantea Sergio Bernués: “Disfruta de tu conferencia como si fuera la última, prepárala como si fuera la primera”.
A continuación, os planteamos una serie de ideas con objeto de que el contenido, la estructuración de las ideas, el tiempo y la forma de trasmitir el mensaje a los asistentes sean los adecuados y garanticen el éxito de la misma.
Los objetivos de preparar la conferencia con minuciosidad son los siguientes:
- Plantea un contenido interesante y bien estructurado que se adecue a los asistentes a la charla. Recuerda que la clave es que sea dinámico y fluido para que se queden con cinco ideas de inmediata aplicación a su día a día.
- Domina el tema que vas a plantear y las herramientas que vas a utilizar para que la conferencia sea lo más efectiva posible.
- Comienza con una buena introducción y termina en los más alto, entre tanto no te extiendas demasiado. Es mejor que se queden con ganas de escucharte más que comiencen a mirar el reloj. Ten en cuenta que en toda exposición existen tres partes diferenciadas: Sondeo, Base y Cierre. Fases que es fundamental tener en cuenta y trabajarlas para causar la mejor impresión posible en nuestra audiencia.
FASE 1: SONDEO
Es la fase inicial y se trata de un momento clave de la ponencia. Recuerda de que no hay una segunda ocasión de causar una buena primera impresión. Debes captar la atención del público, llamar su atención para que sigan la charla. Un mal comienzo puede significar que los asistentes desconecten y dejen de prestarte interés.
Para ello son importantes los siguientes pasos:
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- Al subir al estrado, antes de comenzar a hablar, miramos con tranquilidad a la sala y sonreímos.
- Durante los primeros momentos de la charla se debe adoptar la “Postura del peñón”, es decir permanecer unos pocos segundos sin movernos del sitio, para luego comenzar a hacerlo con naturalidad.
- Como hemos visto, en la fase de sondeo es importantísimo captar la atención de nuestro público. Para ello existen algunas pautas a la hora de iniciar una conferencia:
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Nunca comenzaremos con una disculpa, es muy importante empezar con un comentario que despierte la curiosidad del auditorio.
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- Una pequeña historia
- Un ejemplo concreto
- Mostrando un objeto a la sala y comenzar hablando sobre él.
- Realizando una pregunta a los oyentes
- Con una cita famosa
- Con una frase sorprendente
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FASE 2: BASE
Es el cuerpo de la conferencia. En esta fase son claves varias cuestiones:
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- Un dominio del tema que te permita exponer las ideas con claridad y solvencia.
- Entrenar y trabajar las habilidades de comunicación. El lenguaje verbal para utilizar las palabras adecuadas con la mejor dicción posible, el lenguaje no verbal para que tus gestos trasmitan seguridad y confianza, y la paralingüística para hablar con fluidez.
- Calcula el tiempo adecuado y ajústate a la duración que han estimado los organizadores. Nunca trasmitas la sensación de que te falta tiempo y vayas demasiado deprisa para concluir todo lo que tenías pensado, adecua constantemente el ritmo de la charla a la duración de la misma.
- Como planteaba mi admirado Baltasar Gracián: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Sintetiza tu exposición y no te adornes en exceso. Ten claro que lo importante es que te comprendan y actúen en consecuencia.
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FASE 3: CIERRE
El final de un discurso es otra de las partes vitales, ya que es lo tiene más posibilidades de quedar en la memoria. Por tanto, nunca concluyas con frases como esta: “¿Bueno esto es todo lo que tenía que decir?”
Lo importante, elegante y más profesional es terminar sin decir que hemos acabado, por lo que tendremos que planificar el final, para que sea lo más brillante posible.
Es siempre muy didáctico resumir las ideas más importantes de la conferencia. Además os planteamos algunas formas concluir una exposición pública:
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- Invitando a los oyentes a llevar a cabo lo expuesto.
- Con un halago sincero a la audiencia.
- Con un comentario gracioso
- Utilizando una frase o una cita famosa.
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Demóstenes: el gran orador clásico
«Mientras que el navío está a salvo, ya sea uno grande o pequeño, entonces es el momento para que el marinero y el timonel y todos los demás cargos muestren su empeño y tengan cuidado de que no zozobre por la malicia o negligencia de alguno; pero cuando el mar lo ha superado, entonces el empeño es inútil.» Demóstenes (Tercera Filípica, 69) El orador advierte a sus compatriotas de los desastres que sufriría Atenas si permanece indiferente a las amenazas de su tiempo.
El llamado Canon Alejandrino, compilado por Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia, reconoce a Demóstenes como uno de los 10 mayores logógrafos y oradores áticos. Según Longino, Demóstenes «perfeccionó al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido«. Cicerón le aclamó como «el orador perfecto» al que no le faltaba de nada y Quintiliano le alabó dirigiéndose a él como «lex orandi» («la norma de la oratoria»).
Cuentan que Demóstenes tenía un defecto de elocución en el habla, lo que le costó las burlas de los asistentes a sus primeros discursos. Impulsado por su afán de convertirse en un buen orador, llevó a cabo un estricto programa para superar esas deficiencias y mejorar su locución. Trabajó la dicción, su voz y sus gestos hasta el punto de que su ahínco y devoción se volvieron proverbiales.
La historia de Demóstenes refuerza la idea de que todos llevamos un excelente comunicador dentro, depende única y exclusivamente de cada uno. Por lo tanto, el secreto para hablar bien en público es sencillo: ENTRENAMIENTO Y MEJORA CONTINUA